Corre siempre hacia donde te dé miedo

Hoy me considero una chica con autoestima alta. Sin embargo, mentiría si digo que siempre he sido así. 

Durante mi niñez y adolescencia, presentarme frente a más de 3 personas significaba el fin del mundo; si me sentía atraída por alguien, me ponía roja como un tomate… 

Que vergüenza.

Decía que se trataba de una alergia y que lo tenía controlado… Controlada estaba yo por el miedo. 

Imagínate que cuando debía hacer presentaciones escolares, deseaba que pasara algo, lo que sea para suspender la clase. Recuerdo pensar:

“Por favor, que pase algo, que tiemble, algo suave, nada grave, que nadie salga herido, solo quiero que se suspenda esto”

Mientras lo pensaba, otra parte de mi analizaba lo absurdo de mi deseo,

“A ver… Neira… Si pasa algo se va a suspender hoy la evaluación, pero solo por hoy, mañana volveríamos, y entonces mañana tendrás que enfrentar esto. Cállate y hazlo de una vez.”

Esa ultima frase la tengo siempre presente "Cállate y hazlo de una vez”. 

Tarde o temprano enfrentamos el miedo,

Miedo al cambio,

Miedo al juicio,

Miedo a … (dime tu)

Después de enfrentarlo, muchas muchas veces, llega un momento que lo dominas y se vuelve fácil. 

Despiertas algo en ti. Te transformas

Yo me transformé y lo sigo haciendo, vivo enfrentando mis miedos. 

Esa valentía la desarrollé practicando Karate. Ojo, seguramente la podrás desarrollar también practicando algún otro deporte, pero a mí me pasó practicando Karate, por eso lo sigo haciendo y por eso lo enseño con tanta pasión. 

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Corre hacia donde te dé miedo